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11 de noviembre de 2015

II. La estrategia progresista del control social, su institucionalización de las rebeldías y nuestra necesidad de recuperar el anticapitalismo.

Resistir la institucionalización, 
recuperar el Anti-capitalismo

Desde La Fogata hemos venido señalando la progresiva re-institucionalización de los movimientos y grupos sociales en Argentina desde que el Kirchnerismo asumió el gobierno. (Editorial: Un debate necesario, Donde hubo rebeldías y Los movimientos sociales frente al progresismo, estos materiales están en nuestra Web, y también materiales de otros compañeros en la sección DEBATES
Seguimos pensando hoy que este problema debe ser puesto en el centro del debate, y en consecuencia lo analizaremos desde el arriba y desde el abajo, desde la estrategia del poder y desde las propias tendencias a institucionalizarse de los movimientos sociales.

Tendencias a la institucionalización desde las organizaciones sociales
La paulatina recuperación de confianza de las mayorías populares en el Estado y los partidos políticos que el kirchnerismo fue logrando a partir del 2003, puso a los movimientos en crisis: Se debilitaban las incipientes ideas y prácticas de autonomía y auto-organización que se estaban gestando en muchos grupos sociales, y se profundizaban divisiones internas.
Fundamentalmente se debilitaba lo que desde nuestro punto de vista era el avance más importante que se había logrado, el principio de una ruptura con la subjetividad dependiente generada por el peronismo, cuya ideología siempre hizo de "dique de contención", frenando y encauzando las rebeldías dentro de límites institucionales.
De esa grieta que los movimientos sociales habían generado, hoy queda muy poco y la vuelta atrás de esa conquista, de esa radicalidad alcanzada, es la clave de este regreso a la institucionalización que estamos señalando.
Para analizar el tema nos apoyaremos en parte, en la muy buena nota "La nueva izquierda ya está vieja" de Martín Echenbaum publicada en la página de La Fogata. (http://www.lafogatadigital.org/15arg/arg04/arg.26.2.htm).
En dicha nota se señala que "…las organizaciones grandes del sector ven agotada la ‘política’ desarrollada hasta el momento y deciden, en distintos momentos, dar el ‘salto adelante’ y competir en elecciones…., tomando el camino de institucionalizarse" Son los casos de Pueblo en Marcha en su apoyo a la izquierda clásica trotskista del FIT y Patria Grande apoyando al Frente Popular, resaltando en sus argumentos "la identidad peronista de amplios sectores" (*). La nota continúa diciendo que otras organizaciones "se refugiaron en lo conocido, en la resistencia de las construcciones sociales"
(*) Patria Grande manifiesta que: "hay amplios sectores populares que portan una fuerte identidad peronista con potencialidades plebeyas, contraculturales. Desde nuestro punto de vista, el peronismo como identidad política persiste mayoritariamente en la dirigencia de muchas organizaciones, algunas explícitamente peronistas y otras no"- "en las actuales condiciones sociales y políticas de nuestro país, la vía electoral es la principal hipótesis de acceso al poder político"
Coincidimos con Echenbaum cuando dice que existe desorientación y falta de elaboración política en el sector. Esto se da tanto en los grupos que "vuelven a creer" en el Estado y el partido político como medio de las transformaciones sociales, como en los grupos que supuestamente mantienen convicciones de construcción fuera del Estado.
El colectivo La Fogata se encuentra entre los grupos de este último bloque y desde ese lugar venimos tratando de aportar al debate y a la búsqueda de alternativas ante estos problemas.
Intentaremos entonces esbozar algunas de las posibles causas del momento crítico en que se encuentran nuestras experiencias militantes.
En primer lugar no podemos desconocer que existe inexperiencia en la militancia autónoma o independiente, aunque más no sea por el sólo hecho de recorrer caminos con pocos antecedentes. Las ideas de construcción social y política por fuera del Estado eran más fáciles de sostener en la época menemista (y su continuidad hasta De La Rúa), cuando el Estado estaba absolutamente ausente. Pero, como decíamos al principio, cuando el kirchnerismo comienza a recuperar empleo, a reivindicar desde el Estado algunas de las demandas movimientistas de los 90, y a relacionarse con los movimientos a través de los planes sociales, comienza una paulatina desmovilización de las organizaciones cuyo aglutinante original había sido la lucha colectiva contra el desempleo.
Con desmovilización nos referimos a la pérdida de iniciativa en la búsqueda de alternativas de auto-organización colectiva, a la falta de reacción ante estos cambios que el Estado kirchnerista ofrece como seducción para re-institucionalizar a los movimientos y grupos sociales que se habían "descarriado".
Se volvía a mirar hacia el Estado, hacia el partido peronista, ahora aggiornado como kirchnerismo, y hacia los sindicatos (otro mediador social que estaba desprestigiado).
La subjetividad peronista y el control social, recuperaban terreno.
No hubo, en medio de esta situación, un debate profundo sobre qué hacer ante el nuevo escenario, creemos que inclusive no se llegó a visualizar cabalmente este proceso de re-institucionalización. Los pocos debates políticos que existieron en el campo de la autonomía se vieron atravesados por la controversia "gobierno progresista versus oposición corporativa". "La política con mayúsculas" se metía en nuestras políticas y las anulaba.
A nivel regional, la re-institucionalización se extendió por Latinoamérica contrarrestando en parte, la influencia que el movimiento zapatista estaba ejerciendo en mayor o menor medida sobre los movimientos, en cuanto a la forma de pensar, de organizarse en forma comunitaria, y de luchar desde una perspectiva anti-capitalista y autónoma frente a las instituciones estatales.
Como contrapartida, el bloque de los nuevos gobiernos progresistas latinoamericanos cumplió y cumple un papel de recuperación institucional y de control social para el capitalismo del continente.
Y ese control social desplegado por estos gobiernos no es espontáneo ni casual, existe una estrategia pensada por sus líderes que luego va siendo rediseñada a medida que van acumulando experiencia en el poder.
Analizaremos estas estrategias a través del discurso de Álvaro García Linera en el "Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad" realizado en Marzo de este año en Buenos Aires (https://www.youtube.com/watch?v=beta2M46dSg) ya que Linera no sólo es uno de los intelectuales más importantes del progresismo, sino que en su exposición en el mencionado foro, explicitó este pensamiento de una forma directa como nunca lo habíamos escuchado.

La estrategia progresista del control social. Álvaro Linera y la institucionalización de las rebeldías
Linera comienza describiendo dos tipos de democracias existentes actualmente: las viejas democracias que se reducen al voto, a las que llama "democracias fósiles" y las nuevas democracias que tienen un valor agregado: "La Plaza"
Linera dice:
· ……. la democracia no se puede reducir al voto. Hay otras formas de enriquecer la democracia, esa otra forma es la plaza, la calle; marchas, sindicatos, comunidades….
· …... La democracia no se hubiera sostenido ante los embates de la derecha si no hubiera sido enriquecida y defendida por la democracia en las calles, de las organizaciones, si no fuera por la fuerza de los movimientos sociales…
El planteo de Linera no es a primera vista novedoso: propone llenar la cáscara de la representación democrática con el contenido de la gente en la calle, de los movimientos sociales, de las plazas. Esta situación se da en Bolivia, pero también en Ecuador, Argentina, Brasil, Venezuela etc., obviamente con sus muchos matices.
El "valor agregado" que como diferenciación tienen estas democracias progresistas con las "fósiles", es el tras-basamento del poder de la movilización, de la energía de los movimientos sociales a los gobiernos progresistas como base y apoyo a la representación democrática y a la vez de escudo protector contra las derechas.
Pero lo novedoso de esta estrategia consiste en que los nuevos sujetos, los movimientos y grupos sociales que constituirían "la plaza", no necesariamente deben formar parte del partido político gobernante, ni de ningún otro partido. En cambio son convocados a "la plaza" a tener una actividad participativa relacionada a este esquema de "democracia+plaza" planteada por Linera.
Y con esta participación no nos referimos (ni Linera tampoco) a concurrir a actos oficiales (como por ejemplo los festejos del 25 de Mayo en Argentina), sino a mantener una actividad, incluso de protesta, pero dentro de ese marco institucional extendido hasta la calle.
La estrategia entonces, se concreta a través de esta transacción, a la cual pareciera que la mayoría de las organizaciones sociales en Argentina no puede escapar; La transacción progresista es lo que al mismo tiempo que le da contenido a la representación y al Estado, frena y re-encausa los procesos autónomos previos, coarta la posibilidad de que los mismos se sigan desarrollando.
La estrategia de inclusión/contención que Linera describe en su discurso, está relacionada y mucho, con la situación previa a su acceso al gobierno junto a Evo Morales, ya que como sabemos, en Bolivia los movimientos sociales tenían un alto grado de auto-organización por fuera de lo institucional.
Es por eso que un nuevo tipo de gobernabilidad debía basarse en la institucionalización de los movimientos, otorgándole a las autonomías un lugar dentro de este esquema, para poder controlarlas desde el Estado como veremos ahora.
Linera dice:
- Hay una aparente contradicción entre Estado y autonomía….entre
Estado o construcción autónoma. ….. hay que cultivar las estructuras
autónomas (comunidades, barrios etc.) y ocupar El Estado a la vez…. se
debe construir sociedad y Estado a la vez….
Linera nos dice que es falso el debate entra Estado y autonomía, que esta dualidad debe integrarse en la democracia. Admite la contradicción entre ambos pero frente a eso argumenta que hay que fortalecer las "esferas de autonomía al mismo tiempo que se ocupa el Estado".
Esta es la línea argumental de la estrategia progresista que recogen muchos movimientos y grupos sociales, aceptando el lugar participativo que les ofrece el Estado. Esta es la transacción que se realiza consciente o inconscientemente, y a través de la cual se le delega la fuerza y la energía de la lucha anticapitalista al Estado que no es otra cosa que capitalista.
(*)Mientras en el mercado el plusvalor producido por los trabajadores es distribuido entre los capitales singulares a través de la competencia, la "intervención del Estado" implica que una porción significativa del plusvalor es canalizada hacia el Estado a través de la imposición fiscal (en cualquier forma) y reorientada por aquel a través del gasto, con el objetivo de mantener las mejores condiciones posibles para la acumulación del capital. Holloway, John, "keynesianismo una peligrosa ilusión" ED. Herramienta, 2003, Buenos Aires
Cuando Linera propone "convertir la indignación en esperanza" está proponiendo que la rebeldía de hoy se transforme en esperanza, y esa esperanza se deposite en el Estado. O mejor dicho, que la indignación no se transforme en rebelión, sino que se aplaque, se quede en esperanza, que se aplace la rebeldía para un futuro que siempre va a ser futuro.
El paquete de ideas que Linera arma en su discurso termina anudándose, como no podía ser de otra manera, con "la economía":
Linera dice:
- ……la voluntad y la esperanza tienen un límite, entonces hay que crear
un régimen económico sostenible, redistributivo, generador de riqueza.
… Sin créditos y economía las ideas no se sostienen.
Es decir: Si estas democracias progresistas no obtienen créditos de los centros de poder mundiales, esto es de los organismos internacionales de crédito, este capitalismo progresista, no se sostiene.
Queda claro que la convocatoria a los movimientos a entregar su energía para fortalecer la democracia y el Estado capitalistas, se completa con el sinceramiento de lo que finalmente constituye el objetivo más importante: La inserción en la economía capitalista mundial aunque como "democracia progresista". Esta misma línea fue la que comenzó a trazar el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez en Mar del Plata, en la Cumbre de las Américas en 2005.
Es aquí donde decimos que una cosa es reconocer las diferencias que existen entre el progresismo y la derecha ultra neoliberal, y otra es caer en la transacción progresista y no ver que las estrategias del "progresismo" y del "neoliberalismo" son estrategias de control social a través del estado, con el objetivo común de asegurar la reproducción de las relaciones sociales del trabajo asalariado, la reproducción del capital.
Proponemos en cambio recuperar la rebeldía y las energías delegadas a la representación partidaria y el Estado; recuperemos las ideas de auto-organización, recuperemos el anticapitalismo.

La necesidad de recuperar el anticapitalismo
Lo primero que (nos) proponemos es la recuperación de los ejes de debate, las ideas que en el caso de nuestro país, comenzaron a discutirse a partir de la segunda mitad de los noventa; La relación con el Estado, la influencia de este sobre los grupos sociales, la necesidad de habilitarse un espacio para pensar independientemente de instituciones y partidos políticos, cómo organizarse sin mediarse por los distintos componentes estatales.
Esos ejes se fueron desplazando hacia el eje "progresismo vs. neoliberalismo", es decir dos expresiones, dos líneas de la producción y reproducción de la ideología y de las relaciones sociales capitalistas. Empecemos por romper con la trampa de esta dicotomía y recuperemos la autonomía de pensamiento.
Hay que mirar más allá de las coyunturas políticas; Tal vez para pensar y re-organizarnos no sea necesario tener protagonismo político, o justamente, el no ser protagonista sea una condición -en un principio al menos- para avanzar en nuestras estrategias. En todo caso, el accionar dentro de lógicas institucionales ocasiona la invisibilización y la disolución ideológica.
Recuperemos la esencia de ese sujeto político surgido de las luchas de los noventa como militante autónomo, y rompamos con el militante-institucionalizado. No nos olvidemos que en determinado momento, desde el encuentro en la calle y la organización espontánea se pudo influir fuertemente en los escenarios político-sociales, rompiendo con la aparente inamovilidad del estado de las situaciones.
Discutamos por ejemplo, si queremos buscar formas de emanciparnos del capitalismo desde ahora y hacia adelante o si en cambio seguimos dejando esa rebeldía para "otro momento", para "cuando las condiciones estén dadas", cultivando la ilusión del "mientras tanto" progresista.
Pensamos que debemos recuperar la radicalidad, y al mismo tiempo no dejamos de reconocer que tenemos pocas certezas sobre cómo seguir. Pero esos caminos más claros, sólo los podremos encontrar si insistimos en el caminar.
Las formas de organizarnos también deben entrar en debate. Inclusive para quienes optamos hace años rechazar el verticalismo de los partidos políticos, se nos hace evidente que los buenos ensayos que realizamos en la década pasada deben ser repensados o recreados frente a la recuperación institucional. En esa línea, creemos que es necesario por ejemplo, generar mejores conexiones y articulaciones entre las distintas experiencias colectivas, además de espacios de debate.
Seguramente las únicas certezas que tenemos están relacionadas con lo que no queremos: el capitalismo y su vida miserable bajo la coerción del trabajo asalariado, la "libertad" de vender nuestra fuerza de trabajo y ser explotados, o "la libertad" de negarse y morir de hambre, o consumir en lugar de disfrutar, o la destrucción del planeta para llevar al infinito las ganancias capitalistas.
Pero a partir de negarnos a aceptar esta "realidad" como si fuera perpetua, debemos buscar otras formas alternativas de vivir que puedan superar las capitalistas.

De aquí surge, creemos, el mayor desafío, lo más difícil de imaginar: cómo revolucionar el mundo, como terminar con el capitalismo con y contra las limitaciones que nos impone el trabajo asalariado. Cómo salirse de esa trampa y relacionarse en comunidad, sobreviviendo a la vez.
Desde La Fogata seguimos pensando que hay que buscar formas de organización comunitaria de la vida, formas que necesariamente son anti-capitalistas, que requieren de relaciones no jerárquicas entre las personas y que deben ir generando un cambio en la subjetividad desde el primer momento. Y esa nueva subjetividad y esas nuevas relaciones sociales comunitarias, pueden ser el embrión de "una otra sociedad" como dirían los zapatistas.
Para que las ideas de cada uno de nosotros, de cada grupo, no queden en el aire, debemos juntarnos a discutirlas. Para que las cosas que hacemos políticamente en grupos aislados puedan potenciarse o puedan generar otras, debemos conectarlas, ponerlas en juego y amplificarlas.

Colectivo La Fogata - Julio de 2015
http://www.lafogatadigital.org/debate2015/debate.1.1.htm

I. La estrategia progresista del control social, su institucionalización de las rebeldías y nuestra necesidad de recuperar el anticapitalismo.


DEBATES
Esta nueva sección tiene por objeto generar y fomentar debates en el campo de la  militancia social.
Partimos de algunas inquietudes que tienen que ver justamente con la falta de intercambio de ideas y experiencias, así como la desconexión que, desde nuestro punto de vista, existen actualmente entre los distintos grupos autónomos. 
La relación con el Estado y los gobiernos progresistas, el "juego" de relaciones que se genera y su influencia sobre nuestras subjetividades, son temas que venimos pensando y trabajando en La Fogata desde hace varios años. Sobre todo en base a nuestras experiencias inmediatas y también a lo que observamos en general en otros movimientos y lugares del mundo.
 La idea es entonces intentar romper con estas desconexiones a través de los debates, ampliando las miradas, intercambiando y poniendo en juego ideas entre quienes sigamos siendo anti-capitalistas y sigamos intentando abrir caminos hacia  “una otra sociedad”.
Colectivo La Fogata. para comunicarte:  lafogata@lafogatadigital.org

Editorial: Un debate necesario
Colectivo La Fogata
En este número de La Fogata sentimos la necesidad de poner en discusión las relaciones entre los movimientos y grupos sociales con los gobiernos progresistas. Se trata de un debate que creemos está pendiente en los movimientos sociales, o por lo menos no ha sido profundizado
Por otra parte, varias de las notas publicadas en la revista, escritas por distintos autores, ponen en la picota a los Estados y gobiernos progresistas en Latinoamérica:
·         La nota "El nuevo extractivismo desarrollista en Sudamérica" de Ricardo Verdum, da cuenta de la continuidad e inclusive la profundización, por parte de los gobiernos progresistas, de las políticas de "extracción y exportación de minerales, petróleo y productos para la industria agropecuaria, donde estos gobiernos vislumbran el motor del "crecimiento económico" nacional, incluyendo también los agrocombustibles obtenidos de la soja", que transforman a la región en proveedora de recursos naturales a los países capitalistas centrales, recibiendo para la realización de estos proyectos inversiones extranjeras justamente en la infraestructura necesaria para reducir costos y tiempos de transporte de las mercancías. (*1)
·         La nota "El traje que vestí mañana" de Gustavo Esteva, desarrolla un amplio análisis de la crisis capitalista actual, poniendo énfasis en el papel de las resistencias de los nuevos movimientos y espacios sociales y en las formas cada vez más violentamente represivas de las democracias. Señala además que dentro de estas democracias, e independientemente del carácter "progresista" o neoliberal de las mismas, la soberanía del estado toma una forma policíaca y existe un estado de excepción ficticio, no declarado, que es hoy la regla.
·         En "Bolivia- Ecuador; El estado contra los pueblos indios", Raúl Zibechi señala, como estos Estados progresistas se van enfrentando cada vez más con los pueblos originarios que hace unos años venían revelándose contra el neoliberalismo e inclusive fueron parte de la base o el apoyo a la llegada al poder tanto de Evo Morales como de Rafael Correa. Zibechi observa que los pueblos originarios saben que los Estados necesitan explotar los recursos naturales para pagar sus cuentas y al mismo tiempo, saben que esa lógica conduce a la destrucción de sus comunidades.
·         Raúl Cerdeiras, en su nota "El regreso de la política: ¿Qué política?", analiza el autoproclamado regreso de la política del gobierno kirschnerista, revelando entre otras cosas lo que él llama ¨el gran olvido", que consiste en el ocultamiento y re-encauzamiento por parte del gobierno, del contenido emancipador de los movimientos de resistencia originados en las luchas contra el neoliberalismo durante la década de los noventa y que desemboca en la jornadas del 19/20 de diciembre del 2001.
·         John Holloway, en la entrevista que le realiza el escritor irlandés Ramor Ryan, sobre su último libro Crack Capitalism, se refiere también a la contradictoria relación entre movimientos sociales y gobiernos y estados progresistas en América Latina.
La propuesta desde La Fogata es entonces, pensar sobre las relaciones entre los movimientos sociales y los Estados progresistas en Argentina y Latinoamérica.
Para ello, y en consonancia con este hilo conductor, o esos hilos conductores, que "como un fantasma" recorren la revista, hemos escrito la nota "Los movimientos sociales frente al progresismo".
(*1) Estas inversiones se realizan a través de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA)

http://www.lafogatadigital.org/debate2015/debate.1.4.htm
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Los movimientos sociales frente al progresismo


Cómo posicionarse frente a los gobiernos progresistas que hoy controlan el Estado en muchos de los países del continente (*1), Que tipo de relaciones establecer frente a los mismos, son preguntas que apenas están planteadas en los movimientos y esa falta de debate determina a su vez no tener estrategias políticas claras desde la mayoría de los grupos sociales.
Colectivo La Fogata
Los movimientos y grupos sociales (*2) en Argentina reflejan diferentes políticas ante la presencia de un gobierno progresista como el kirchnerista.
Algunos grupos que mantienen hasta hoy la decisión de no organizarse en partido político y de no disputar directamente espacios de poder en el Estado, adoptan sin embargo posiciones de cercanía o "apoyo crítico" al gobierno.
Por ejemplo; Al hacer girar las decisiones y rumbos políticos propios en torno a las políticas de un gobierno progresista, en relación a si estas favorecen o no a los movimientos, se están subordinando las propias políticas a las del Estado. En la práctica, esta postura implica, desde nuestro punto de vista, una pérdida de autonomía, renunciándose en parte a la creación de relaciones sociales propias, en contra de las que imponen el mercado y el Estado capitalistas.
Una consecuencia directa de esta subordinación a la relación con el Estado, consiste en que se siguen reproduciendo lógicas de verticalidad hacia el interior de los colectivos.

Otros grupos se diferencian de los anteriores no sólo por no esperar del Estado progresista la solución a sus problemas, sino por la perseverancia en intentar organizarse en base a relaciones de cooperación, rechazando jerarquizaciones y subordinaciones.

Es el caso de algunos de los MTD (Movimientos de trabajadores desocupados) surgidos en los noventa. Estos movimientos irrumpieron como organizaciones que fueron creando nuevas formas de lucha que iban mucho más allá de los cortes de rutas. Desde nuestro punto de vista, son muchas las rupturas que estos movimientos produjeron en esos momentos, pero sin duda alguna, la grieta más profunda, la mas radical, fue la de romper con la subjetividad de la dependencia para con el peronismo.

La relación con la ideología peronista, que siempre hizo de "dique" para contener y encauzar las rebeldías dentro de límites institucionales, fue quebrada en buena medida por estos grupos piqueteros.

La fuerza de esa ruptura llega a nuestros días; sin embargo creemos que la grieta ha sido "reparada" en gran parte por el kirchnerismo y por esa razón pensamos que cualquier grupo o movimiento social que hoy se plantee "cambiar el mundo desde abajo y a la izquierda" por decirlo en lenguaje zapatista, debe replantearse la necesidad de seguir generando esas fisuras y evitar que el progresismo las anule con sus "políticas sociales".
(*1) 7 de los 10 países sudamericanos y cuatro quintas partes de la población latinoamericana sin ir más lejos
(*2) Queremos aclarar que cuando hablamos de "movimientos sociales" no nos referimos a un tipo de organización en particular, sino que pueden ser tanto movimientos como el Tupac Amaru, como los movimientos de desocupados (MTD), o la UAC, como así también grupos y colectivos sociales menos numerosos.
Esto no significa decir que progresismo y neoliberalismo son lo mismo. Además, las rupturas de las que hablamos seguramente no se pueden generar de la misma manera frente a un gobierno "contenedor" como el de los Kirchner que frente a la marginación extrema y la represión menemistas.
Probablemente el camino hacia la auto-organización y a la toma de posiciones autónomas frente al Estado haya sido en parte "empujado" por la represión en la época de los gobiernos de Menem y Duhalde.
Hoy en cambio, mientras por un lado desde el gobierno se "atienden" demandas básicas de los movimientos sociales, por otro (o por el mismo) lado, esa respuesta es el principal mecanismo que utiliza el Estado para recuperar parte del control perdido sobre algunos de los grupos sociales.
Sabemos por otra parte, que todos estamos obligados a tener algún tipo de relación con el poder y con el Estado, de lo contrario sería como decir que podemos vivir al margen del capital y sus relaciones de dominación. De ahí que sería totalmente errado adoptar posiciones cerradas que resten importancia a este problema, argumentando que para los movimientos autónomos da igual si los gobiernos y Estados son de ‘izquierda’ o de ‘derecha’ ".
Desde La Fogata planteamos en cambio, que es fundamental identificar y conocer las diferencias existentes entre progresismo y neoliberalismo, ya que las formas de contención y anulación de las rebeldías que representan una y otra cara del poder son, en la mayoría de los casos, muy distintas y justamente por eso, las estrategias de los movimientos sociales deben ser también diferentes y adecuadas a cada una de ellas.
No es lo mismo, como decíamos anteriormente, enfrentarse a una represión abierta como la vivida durante los gobiernos neoliberales, que intentar seguir construyendo autónomamente frente a métodos de desarticulación y re-asimilación de las rebeldías, como los que el progresismo viene llevando adelante a partir de Néstor Kirchner.

Las estrategias del poder hacia las resistencias sociales
Hemos visto en nuestra historia reciente (y no tan reciente), que dependiendo de la dimensión y profundidad de las resistencias sociales, el poder responde con alternativas neoliberales o progresistas buscando adecuarse en cada momento a la contención de las luchas populares.
Si el progresismo logró tomar el timón en la mayoría de los países sudamericanos, no fue solo por que fracasó el neoliberalismo en la etapa anterior, sino porque las nuevas formas de organización popular que se generaron como contrapartida, debían ser controladas ahora por la vertiente progresista del capital, había que bajar el nivel represivo y realizar "concesiones sociales" para recuperar la estabilidad que el desarrollo del capital necesita.
En el caso de nuestro país, primero hubo una violenta transición que culmina con los asesinatos de Maximiliano Kosteky y Darío Santillán como hecho "ejemplificador" y de advertencia hacia quienes se organizaban para resistir. Luego sobreviene un segundo momento de violencia: la violencia del mercado que intenta resolver para el capital la crisis de la "convertibilidad", golpeando duramente sobre los trabajadores y las clases medias.
Una vez que el neoliberalismo hizo su parte del trabajo para aplacar las insubordinaciones, el progresismo se mostró más apto para tomar la posta y entonces propone transacciones muy distintas, como decíamos antes, para con los movimientos sociales y otros sectores.
La dominación tomó otras formas, menos violentas, más sutiles, pero no por eso menos efectivas.
En una nota aparecida en el diario Página/12 de Argentina en el año 2003 a poco de asumir Néstor Kirchner como presidente, donde se entrevista a un "confidente" del gobierno, se puede leer lo siguiente:
- "La protesta social se está desestructurando en la Argentina. Los grupos piqueteros que siguen
manifestando cada vez se aíslan más. Sus consignas son cada vez más ideológicas: protestan contra
el ALCA, la represión, la injusticia, el imperialismo y otras consignas generales. Van a terminar
aislados, como hizo siempre la izquierda argentina, hasta desaparecer".
- "Esto (la protesta piquetera) se terminará del todo con los planes de trabajo, de generación de
empleos, no parches como el Jefas y Jefes".
- "Prácticamente, la protesta social está ya fuera de las calles. Sólo queda esa protesta cada vez más ideológica".
Las palabras del confidente de Página/12 no son más que una muestra del sitio –uno de los sitios–
donde apunta ahora el Gobierno. Una etapa que se abre para desarticular la protesta piquetera
profunda y aislar a los sectores más radicalizados de desocupados organizados. Este diario dio cuenta de la aparición de piqueteros kirchneristas, de la transformación de otros de ellos al oficialismo y de la negativa de otros tantos por nombrarse como tales, a pesar de serlo.
Queda bien en claro cual fue, desde el primer momento, la estrategia del gobierno kirchnerista hacia la protesta social (sobre todo porque su vocero lo dice explícitamente):
Planes de trabajo a cambio de "des-ideologizar" la protesta. Reducir la misma únicamente a lo reivindicativo, desradicalizándola.
Los grupos que se sigan atreviendo a pensar más allá de las necesidades básicas, de organizarse para tratar de mejorar sus vidas en forma cada vez mas autónoma del Estado (por ejemplo si cuestionan el trabajo asalariado, le representación democrática a través de los partidos políticos etc.), no serán "merecedores" de acceder a los planes.
La idea desde el poder progresista es intentar "reencauzar" a los grupos rebeldes que se habían desbordado del alcance de los sindicatos y los partidos políticos. Y a aquellos que no vuelvan al cauce, se los intenta mantener controlados mediante el tira y afloje de los planes de trabajo, como otra suerte de negociación sindical.
A esta altura vale aclarar que no estamos sosteniendo que los movimientos abandonen las reivindicaciones básicas, sino que las mismas se integren dentro de una política de cuestionamiento y búsqueda de alternativas a las condiciones de vida que nos impone el capitalismo.

Conclusiones
Decimos entonces que las políticas utilizadas por neoliberalismo y progresismo son, en lo inmediato, diferentes, así como son diferentes las consecuencias sobre los movimientos (ya sea que consideremos el aspecto represivo o las "políticas sociales"), pero su objetivo es el mismo: el dominio de las voluntades colectivas e individuales para imponer y reproducir las relaciones sociales mercantiles a través de la alienación del trabajo asalariado.
El mercado disuelve todas las relaciones sociales, y las reduce a que los individuos aislados, se
enfrenten como compradores y vendedores. Esa es la sociabilidad del capitalismo, las relaciones son de compraventa, que inficionan las cercanías humanas. (Rozitchner, 2003:116)
Estas diferentes formas de dominación que el capital ha tenido a lo largo de su historia, aunque rivales entre sí, son opuestas solo en apariencia.
Los éxitos del progresismo radican en la canalización y apaciguamiento de las resistencias, Y antes que sobre el neoliberalismo, son más que nada, éxitos sobre los grupos sociales que tienden a una mayor independencia del Estado o directamente a rechazarlo.
El capital es un movimiento constante de separación. Sobre todo separa lo hecho del
proceso del hacer y del hacedor. ………….
El estado es parte de este proceso, separa a sus ciudadanos de los ciudadanos de otros países, separa lo público de lo privado, lo político de lo económico, etc. El capital es un proceso de despojar que nos fragmenta, el Estado también es un quitar que nos deja fragmentados; El Estado nos quita la responsabilidad de nuestra propia sociabilidad, nos quita la unidad con otras personas, nos quita nuestra unidad como personas.
El estado canaliza la actividad social de una forma que la reconcilia y la integra en la reproducción del capital. (Holloway, 2003:13)
La propuesta planteada en resumen es:No paralizarnos en nuestra resistencia y en el desarrollo de nuestra autonomía, cayendo en el espejismo de creer que el progresismo nos puede allanar el camino. Pero al mismo tiempo identificar diferenciadamente neoliberalismo y progresismo como dos formas de control y dominación en que el capital se personifica, para adecuar a las mismas nuestras estrategias políticas.
Finalmente queremos decir que cuando hablamos de generar otro tipo de relaciones sociales desde los movimientos, señalamos algo que es vital en la resistencia al capitalismo.
Nos referimos a crear, dentro del compartir cotidiano de nuestras luchas y haceres, vínculos de cooperación en lugar del individualismo, de procurar consensos en las decisiones en lugar de la jerarquización y la verticalización, de la búsqueda de alternativas comunitarias, en lugar de trabajo asalariado, de encontrar colectivamente las formas de ir generando las grietas en las relaciones capitalistas para recuperar nuestra sociabilidad humana que el capital permanentemente trata de destruir; Hablamos de construir una sociedad comunitaria, o comunista, o una sociedad de comunidades…..
Bibliografía
Rozitchner, León (2003): Violencia y contra-violencia, El terror y la gracia. Buenos Aires. Grupo Editorial Norma
Holloway, (2003): Chávez, Lula, Kirchner, Keynesianismo una peligrosa ilusión Buenos Aires. Ediciones Herramienta


http://www.lafogatadigital.org/debate2015/debate.1.2.htm

II. El sistema de agronegocios en Argentina:¿favorece a los pueblos de Nuestra América?

Argentina: El hombre detrás de la papa

9 de noviembre de 2015

 

Transgénicos para todos, extinción del peón y malformación por incesto: las confesiones de un Jefe de Gabinete que nació comunista. Otro anticipo de "El Laboratorio", mi nuevo libro de investigación: El hombre detrás de la papa.

Octubre de 2015
Por Patricio Eleisegui (@Eleisegui)
Su curriculum es extenso y profuso en referencias, honores, y antecedentes. Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), bioquímico, licenciado en Análisis Clínicos. Su cargo actual es, cuanto menos, decisivo: coordinador ejecutivo del Gabinete Científico y Tecnológico en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En concreto, y desde el año 2012, no es más que el Jefe de Gabinete de la cartera que hasta el momento conduce José Lino Salvador Barañao.
Alejandro Mentaberry
En su libro "La FEDE: alistándose para la revolución", el escritor, periodista y ensayista Isidoro Gilbert lo menciona como uno de los refundadores de la Federación Juvenil Comunista junto a Aníbal Cedrón y Raúl Carnota. Esto, tras el desalojo de las universidades perpetrado por soldados y policías el 29 de julio de 1966 en lo que, hasta hoy, se conoce como "La noche de los bastones largos".

Más aquí en el tiempo, y tras más de una década al frente de la coordinación del programa de Biotecnología de la UBA y de ejercer el rol de investigador adjunto en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el año 2000 lo encuentra como jurado de la beca Monsanto. 

Apenas dos años antes, en representación de la UBA, ya había comenzado a tallar en las decisiones de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia), esto es, uno de los organismos clave para la aprobación de eventos transgénicos en la Argentina.

Su nombre vuelve aparecer en un escándalo de malversación de subsidios en torno al CONICET expuesto en 2009 por Eduardo Saguier, un investigador perteneciente al mismo organismo que desnudó el reparto a dedo de más de 650 millones de pesos en alrededor de una década. En una extensa denuncia, Saguier destacó al actual funcionario del Ministerio de Ciencia como uno de los beneficiarios de distintos fondos desviados.

En sucesivos artículos divulgados en el mismo año, Saguier también dio cuenta de trabajos de asesoría por parte del especialista a empresas como Biosidus -hoy Grupo Sidus, y donde el actual ministro de Ciencia, Lino Barañao, desempeñó un rol fundamental para el desarrollo, en 2002, de las primeras vacas clonadas transgénicas, aunque tal información se omite en el curriculum del funcionario-, en lo referente al desarrollo de papas modificadas genéticamente para resistir a los virus PVY y PVX. 

En 2004, organiza las líneas de investigación del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR). Se trata del brazo de investigación y desarrollo de Bioceres, la empresa para el desarrollo local de organismos genéticamente modificados en la que participan los grandes dueños del negocio agropecuario argentino. Un ejemplo: Grupo Los Grobo.


Una de las organizaciones que más se oponen al actual modelo de producción atado al uso irrestricto de semillas transgénicas y agroquímicos, el Grupo de Reflexión Rural (GRR), lo recuerda en su espacio en redes sociales como un científico que alguna vez en cierto reportaje, y alegando falta de presupuesto en su laboratorio de investigaciones, no dudó en reconocer su dedicación completa "a mejorar las técnicas de transgénesis y sus aplicaciones empresariales" antes que "estudiar los efectos de los organismos genéticamente modificados en la población".


Corría marzo de 2014 cuando a este autor, en trabajo de producción para un documental del francés Canal Plus referido al modelo de agricultura argentino y sus consecuencias en la salud de las personas -presentado a nivel internacional en el segundo semestre de ese año bajo los títulos, en francés e inglés respectivamente, "Bientôt dans vos assiettes" y "Transgenic Wars"- se le encomendó a modo de misión fundamental dar con el doctor Alejandro Mentaberry para una posterior entrevista.

A contramano de lo que rige para los periodistas locales cuando solicitan un encuentro de prensa con funcionarios de la primera línea kirchnerista, el equipo de comunicaciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, ubicó al funcionario y cerró la instancia de encuentro en menos de 24 horas. Desde aquellos días hasta el momento en que se escriben estas líneas -últimos días de agosto de 2015-,todos los nuevos pedidos de entrevista elevados por este autor han sido rechazados.

Del encuentro con Mentaberry tomaron parte un corresponsal de guerra y un camarógrafo enviados por Canal Plus a Buenos Aires, y quien aquí escribe en calidad de enlace argentino. El Jefe de Gabinete, tenso y a la defensiva respecto de la consulta periodística extranjera, jamás reparó en que este autor grabó todos sus dichos. Nunca supo, además, que el equipo europeo con posterioridad autorizó a este periodista a divulgar las opiniones del funcionario nacional en lo que hace a transgénicos, agroquímicos, y el modelo agrario vigente.

En su disertación, Mentaberry no tuvo inconvenientes en definir como un problema de "cruzamiento genético" a las malformaciones que se multiplican en las zonas donde se utilizan plaguicidas, con énfasis en supuestos casos de incesto -práctica a la que el funcionario describió como "cruzamiento frecuente en las familias-, y reconoció que no hay estudios hechos respecto de la toxicidad expandida que alienta la tan en boga combinación de productos químicos.

Si bien lo más usual es desmenuzar las declaraciones de un personaje de tamaña relevancia, lo cierto es que las opiniones de Mentaberry ante determinados temas ostentan una contundencia imposible de igualar en el ejercicio de la escritura. 

Dado que su pensamiento no hace más que exponer los lineamientos de un Gobierno, un proyecto político, que en la última década promovió hasta imponer a organismos genéticamente modificados y agroquímicos como una opción posible en términos de producción agrícola, a continuación se replica los dichos -casi sin editar- del funcionario ante determinadas consultas.

Sobre la ganancia económica generada por la soja transgénica:

"65.000 millones de dólares es el beneficio neto de 1996 a 2011 (que originó la exportación de soja). Beneficio total, y lo que se ha estudiado es cómo se ha repartido ese beneficio entre productores y el Estado argentino. El tema es muy diferente para la soja que para el maíz.
Para la soja el 72 por ciento del beneficio fue a los productores, un 21 por ciento al Estado, y un 6 por ciento a las compañías que trajeron la tecnología. Los productores se quejan de las retenciones. Eso también muestra que el aumento de la productividad es muy grande.
La Argentina tiene una agricultura muy desarrollada. Supimos aprovechar algunos factores macroeconómicos de la década del 90, como la inexistencia de impuestos, para introducir tecnología. Tecnología que ya estaba ya estaba en otros países desarrollados, Estados Unidos principalmente.
La otra gran cuestión fue la introducción de la tecnología de siembra directa en la Argentina. La siembra directa es la siembra sin arar la tierra. Eso generó un paquete tecnología, la confluencia de tecnologías relativamente conservacionistas; la siembra directa ha permitido en la Argentina regenerar suelos, evitar la degradación del suelo, y recuperar suelos, con una tecnología muy avanzada de genética que es la tecnología de transgénesis.
Y además esto se dio alrededor de un caso, que es la tolerancia a los herbicidas. Entonces teníamos un punto tecnológico que encajaba perfectamente con la situación de Argentina, que venía adoptando tecnología para la conservación de suelo con esta nueva tecnología.
Esto impulsó dos cosas. Por un lado, aumento de la productividad y descenso de los costos de producción. Sobre todo en términos de motorización, de tractores. Descenso del costo del combustible en el proceso de producción de soja es de cerca del 38%. Eso es un componente muy grande del costo de producción. Los costos de producción bajaron en promedio un 20% con la introducción del paquete de siembra directa más tecnología transgénica.
Eso es un motor muy importante. Pero además permitió, este paquete alrededor de los herbicidas,acceder a regiones donde era imposible desarrollar soja. De hecho, la agricultura era muy difícil por la gran cantidad de malezas que había. Pero como el paquete estaba dirigido al dominio de las malezas eso expandió la enormemente la superficie del territorio cultivable en la Argentina, que pasó a ser ahora cerca de 25 millones de hectáreas, pero entre los componentes de uno y otro, el aspecto de la expansión territorial de la frontera es muy importante."

Por qué el uso intensivo de agroquímicos:

"Eso tiene que ver con la expansión territorial de la agricultura. Argentina ha incorporado un mayor consumo global de agroquímicos, pero todavía por hectárea, por unidad de superficie, está muy por debajo de muchos países europeos.
Uno de los problemas que hay es el uso que se hace de los productos químicos, que es muy difícil de controlar. Veamos el caso de los herbicidas, por ejemplo, que son el núcleo de la introducción de transgénicos en la Argentina. Eso tiene un beneficio que es haber pasado de herbicidas ambientalmente más asimilables, que se degradan más rápidamente, y haber disminuido el uso de los herbicidas más tóxicos. Todos los herbicidas son tóxicos, así que es un problema de manejo. Al final es la cantidad. El Roundup les facilitó mucho el manejo de la agricultura, porque pasaron de hacer tres o cuatro aplicaciones de herbicidas por año a hacer una sola.
Estoy seguro que acá ha habido un exceso. Es como utilizar mal un antibiótico. El médico que usa antibióticos continuamente al final genera resistencias. Esto ha pasado, tenemos resistencias a herbicidas, no es muy grave, porque a todos los herbicidas les han aparecido resistencias, ya sea en la agricultura transgénica como clásica. 
Esto se puede manejar, pero tiene un costo mayor. Y reintroduce herbicidas que habían sido dejados de lado."

Los cocteles de agroquímicos y sus efectos en la salud de las personas y el medioambiente en general:

"Pero la intensificación de la agricultura en los últimos veinte, veinticinco años, lleva a una mayor utilización de agroquímicos, no sólo herbicidas e insecticidas, sino también fertilizantes. Siempre hay que recordar que cuando uno saca granos de la tierra está exportando minerales y toda una serie de cosas que están en el suelo y eso hay que reponerlo permanentemente.
(Lo que genera la combinación de químicos) habría que verlo combinación por combinación. Evidentemente hay que estudiarlo. No son efectos aditivos, seguramente.
Hubo mal uso de los herbicidas. Se usó demasiado herbicida probablemente, y esta carga produjo aparición de resistencia de algunas malezas. Esto está bajo control: sabemos perfectamente dónde están los focos de aparición de resistencias, no son muchos: norte-centro del país. Es dónde se ha hecho agricultura más intensiva.
Siempre la recomendación es usar lo menos posible.
Y además los límites están puestos por las regulaciones en términos de la toxicidad de los herbicidas. Hay un balance que hay que hacer entre toxicidad, exposición ambiental, duración del químico en el medio ambiente, que es lo que dice o da la recomendación de uso.
Todo esto tiene un límite, y el límite puede ser irreversible. Y esa es una cosa con la que hay que tener cuidado.
Por otra parte, la única solución que tenemos a los agroquímicos por ahora es la propia biotecnología, reemplazar resistencia química por resistencia genética. Eso es posible. Pero los desarrollos comerciales han llevado a complementar el uso de agroquímicos, por los intereses en juego, y no a generar por ejemplo tolerancias genéticas a las malezas, que eso es posible también.Hay enfoques experimentales que muestran que podríamos tener así como hay malezas muy competitivas frente a otras plantas, cultivos muy competitivos frente a las malezas. Eso es concebible."

Las víctimas de las fumigaciones:

"Yo no diría que es una epidemia. Conocemos casos, sobre todo en el noroeste y norte del país, que son zonas de frontera agropecuaria, donde es más probable que la utilización de agroquímicos sea muy poco cuidadosa. 
Primero, no sabemos bien cuál es el origen de esto. Eso hay que investigarlo bien. Habitualmente se le echa la culpa al glifosato, o a cualquier cosa que tenga una marca conocida, pero en realidad están estos cocteles de agroquímicos, por ejemplo los insecticidas son mucho más tóxicos que los herbicidas… para los humanos. 
Puede haber uso de insecticidas y sobre todo muy malas prácticas agrícolas, porque el uso de agroquímicos es mucho más intenso en el triángulo central, el norte de buenos aires, sur de Santa Fe, sur de córdoba, ahí es donde está el núcleo agrícola de la Argentina y ahí no hay tanta documentación de casos de este tipo. Y hay mucha más utilización de agroquímicos.
Hay que ver bien qué es lo está pasando en estas localidades. Sabemos que existen esos casos, pero no tenemos claros cuál es el origen. Puede relacionarse con agroquímicos pero hay cuestiones que nadie considera, por ejemplo, son poblaciones que están muy aisladas, en el cual el cruzamiento genético es muy frecuente entre las mismas familias. No digo que sea la causa. Pero son malformaciones congénitas muy grandes, pueden tener un orden genético."

La contaminación con químicos:

"Es bastante clara con el avance de la frontera agrícola, y probablemente tenga que ver con el uso de agroquímicos. Hay que ver qué combinación de químicos son. Eso hay que verlo. Tiene dos componentes este asunto: uno es investigar qué está pasando realmente. Y el otro es las regulaciones de usos de agroquímicos que existen y no se cumplen. Es un problema de policía que no podemos asumirlo desde acá.
A veces uno tiene el campo pegado a la población, es muy delicado. Entonces la contaminación de la población con productos químicos es una posibilidad muy cierta. En las zonas donde la agricultura está más organizada hay más control, los productores son más conscientes, pero tampoco es que tenemos millones de casos. Está bastante localizado. Es en las zonas más pobres y más marginales, por lo menos lo que yo conozco.
Tiene que ver no con la tecnología transgénica en particular, tiene que ver con la intensificación de la agricultura. El incremento de los agroquímicos va de la mano con la intensificación agrícola y si no le ponen pautas de manejo racionales, y controles, es casi inevitable que tengamos accidentes de este tipo. Uno a veces se encuentra gente que está viviendo en el campo, en zonas marginales, y al lado tiene el tambor de agroquímicos, al lado de la vivienda, y si uno se descuida están tomando agua de ese tambor.
Son todos los problemas asociados a un proceso de fuerte intensificación y muy rápida de la agricultura.
Hay más casos de este tipo en el cinturón de Buenos Aires que en la agricultura. Si vamos a buscar problemas, Buenos Aires tiene 4 o 5 millones de personas que están bebiendo agua contaminada en su alrededor. En el cinturón de villas miserias, etc. El tenor de metales pesados en esa agua es terrible. La corte suprema le ha hecho un pedido al gobierno de Buenos Aires de la provincia, de que tome medidas para resolver la contaminación ambiental.
Ahora cualquiera que conoce San Pablo o ciudad de México se encuentra con algo similar."

La extinción del peón de campo:

"Está claro que la tecnología expulsa trabajo del campo, no solamente la biotecnología: la mecanización, los satélites, la tecnología de precisión. Es un proceso universal.
La respuesta, que estamos tratando de articular desde acá, es promover la agro industrialización en las ciudades pequeñas. Es decir, el procesamiento de la biomasa, de los materiales agrícolas, a nivel local. Porque eso generaría ocupación industrial. Que es la respuesta al éxodo hacia las grandes ciudades.
Este proceso va a seguir, si nosotros pretendemos intensificar la agricultura va a haber todavía una cantidad de gente que va a salir del campo. Cálculos que yo tengo: 200, 300.000 personas más todavía van a emigrar del campo en los próximos años. En la Argentina. Que es un país sumamente urbanizado ya. Argentina está urbanizado en un 92%, es decir gente que vive en un pueblo o ciudades. Nuestro problema es tratar de evitar algo que es inevitable."

La falta de pruebas contundentes de inocuidad para la aprobación irrestricta de transgénicos:

"Nadie vive alimentándose solamente de soja (transgénica). La dieta es muy variada, y los accidentes que pueden ocurrir alimentarios pueden tener muchas causas. Es la eterna discusión con la gente que trae este argumento. Bueno ¿qué quieren? ¿Qué agarremos a 10.000 personas y los alimentos nada más que con soja transgénica? Si la alimentamos así seguro que vamos a sacar una conclusión después de 10 años pero ¿quién se presta a ese experimento? Nadie. Es un experimento imposible."

Baja de costos como muestra de éxito del modelo agrícola vigente. Consagración de los agroquímicos como herramientas fundamentales para garantizar productividad y rédito económico. Orgullo ante el predominio aplastante de las variedades transgénicas de soja, maíz y algodón. La contaminación por agroquímicos como un error concerniente únicamente a aquellos que lo aplican. Relativización de los efectos de combinar químicos por falta de estudios que debería hacer el Estado como una obligación constitucional. Malformaciones como una consecuencia de prácticas de incesto u otros vínculos intrafamiliares. Extinción del trabajo agropecuaria como resultado de una tecnificación a ultranza que se celebra. Negación de los potenciales efectos negativos derivados del consumo de transgénicos por considerarlo un experimento inverosímil.

Alejandro Mentaberry, coordinador ejecutivo del Gabinete Científico y Tecnológico en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, funcionario clave para el desarrollo de estrategias de producción fundamentales, adhiere y promociona cada uno de estos conceptos sin el menor reparo. Por supuesto, desde su posición de podercontinúa orientando esfuerzos para que semejante visión de los agronegocios se perpetúe incluso más allá de su gestión nacional.

Y vaya si lo hace: según confío a este autor un integrante de Conabia en estricta confidencialidad, el científico sigue de cerca la evolución del proyecto de papas transgénicas resistentes a virus para el que asesorara a la misma compañía que en 2002 sorprendió al escenario genético con la obtención de las primeras vacas clonadas transgénicas. Aunque, claro, dicha labor representa una clara violación a sus obligaciones como funcionario público. El desarrollo en cuestión, anunciado el reciente 5 de octubre por la presidenta Cristina Fernández, fue anticipado en una reunión que Conabia celebró en Resistencia, provincia del Chaco, a fines de abril de 2015.

Sus impulsores: la firma Tecnoplant, la división de biotecnología vegetal de una corporación bien conocida tanto por Mentaberry como por el ministro Lino Barañao, y que ahora goza de las mieles de tener en el más alto nivel de la administración pública a dos de sus más importantes investigadores: Grupo Sidus.

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Patricio Eleisegui
Email: patricio.eleisegui@gmail.com
El-galo  Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Argentina_El_hombre_detras_de_la_papa